Lo primero que hay que contemplar en una valoración de empresa es que el VALOR y el PRECIO son conceptos totalmente distintos.
En palabras de Warren Buffet, uno de los mayores inversores y empresarios estadounidenses.
“Un PRECIO es lo que pagas, y un VALOR es lo que recibes”
¿Qué es la valoración de una empresa?
la VALORACIÓN de una empresa intenta encontrar un valor justificable de una empresa, mientras que el PRECIO es la cantidad que el comprador y el vendedor acuerdan para el traspaso de la propiedad.
Como en todo proceso de negociación, el concepto de valor varía dependiendo de cada parte implicada en la compra-venta. Para el comprador el valor será el máximo que estaría dispuesto a pagar, y para el vendedor, el mínimo que estaría dispuesto a vender. Por esto, el informe de valoración de empresa ayuda en este proceso estableciendo un máximo y un mínimo justificables. A partir de este punto el precio final dependerá de las negociaciones y argumentos entre las partes interesadas.
Contrariamente a lo que pueda creerse, un proceso de valoración de empresa NO ESTABLECE un “Valor de la empresa” (valor de mercado de los activos de la empresa) sino un valor de los “Fondos propios” (valor de mercado de las participaciones de la empresa, o sea, de la propiedad). La diferencia reside en que al valor de la empresa se le tendrá que deducir las deudas financieras (generalmente con bancos) para llegar al valor de los fondos propios o de las participaciones o acciones, según el caso de cada empresa, que es el fin último de este proceso.
En el proceso de valoración de empresa están disponibles varios métodos para alcanzar el fin. Entre los más usados y de mayor aceptación a nivel mundial se encuentra el Método de DESCUENTO DE FLUJOS DE CAJA. Desde el punto de vista financiero es el método más adecuado porque tiene en cuenta el valor temporal del dinero y tiene en cuenta la capacidad de generación de tesorería de la empresa en el tiempo.
Este método, básicamente, afirma que el valor de una empresa está en función de la tesorería que pueda generar en el futuro, sin tener en cuenta el pago de intereses de deuda, una vez descontado el porcentaje de retribución que los actores financiadores exijan por prestar dinero para la financiación del negocio y por correr un riesgo al hacerlo.
Entre estos actores se encuentras las entidades financieras y los socios. Tanto unos como otros exigen por su financiación una retribución determinada. Para las entidades financieras será el tipo de interés del dinero, y para los socios el retorno esperado a su inversión. La media ponderada de este coste de la financiación es la que finalmente se usa para el descuento de la tesorería que se genere en el futuro.
Se ha matizado anteriormente que en la tesorería generada por la empresa no tenían en cuenta los intereses pagados por la deuda. El método de Descuentos de Flujo de Caja también contempla la valoración teniendo en cuenta estos intereses. La diferencia entre una aproximación y la otra es que si se tienen en cuenta los intereses pagados entonces el interés al que se descontará la caja generada solo será el coste retributivo que esperan los accionistas, ya que el coste de la financiación externa ya está implícito y descontado en la tesorería al contemplar el pago de intereses. De cualquier manera, tanto un cálculo como otro llegan al mismo valor final que se busca.
Adicionalmente, otros métodos, como el de MULTIPLICADORES, se suelen usar como métodos de contraste y validación por convergencia de conclusiones finales. Los Multiplicadores simplemente calculan ratios determinados de empresas del mismo sector, cotizadas en bolsas ya que el precio de tales empresas es conocido por el propio valor de mercado de las acciones. Al conocerse este precio, se entiende como el que el Mercado pagaría por su compra, que ya ha descontado (ha tenido en cuenta) las expectativas de futuro, el riesgo, las previsiones de crecimiento, el sector, etc. para llegar a ese precio. Usándolo como magnitud comparable para alcanzar un ratio determinado, se puede extrapolar tal ratio a la empresa a valorar, obteniendo de esta forma una validación que debería ser parecida, pero no igual o exacta, a las empresas comparables seleccionadas del Mercado. Una desviación sensiblemente diferente (tanto por exceso como por defecto) entre los Multiplicadores de las cotizadas y los Multiplicadores de la empresa a valorar no implicaría un error, sino un hecho diferencial que sería necesario explicar.
Esquemáticamente, el Método de Valoración por Descuento de Flujos de Caja tiene la siguiente estructura de trabajo:
